miércoles, 4 de julio de 2007

Descanso obligatorio

Esta semana me la he pasado enferma, tengo tres días sin salir de mi camita, excepto para lo más indispensable posible. Todo por seguirle la corriente a cierta personita que le encanta la lluvia y sobre todo salirse a media tormenta y terminar mojado hasta los bóxers.

A pero eso me pasa por aventarme a "probar algo nuevo" a sabiendas que soy bien pin... delicadita y que me enfermo sólo de oler la humedad.

Total me reporté enferma a mi trabajo y antier (lunes 2 de junio de 2007) tuve cita médica en el Hospital, el doitorcito se portó muy amable pero al salir, iba yo repelando por la cantidad industrial de inyecciones que el fulano me prescribió, cuando levanto mis ojitos y me encuentro con una bellísima panorámica desde la parte superior de aquella escalera. De momento no reaccioné pero la vista me parecía divina, a pesar de estar rodeada de concreto y metal, el cielo completamente nuboso me embelesó hasta que salí de mi trance y tomé varias fotitos.

De pronto el malestar no me importó demasiado y recordé lo mucho que me divertí brincando y caminando bajo la lluvia y aunque dudo mucho volver a repetir la experiencia, el camino a casa fue por demás tranquilo y relajante.

Es definitivo, a veces la belleza llega a nosotros en momentos en los que ni siquiera somos capaces de pensar en ella.