domingo, 29 de abril de 2007

Simplemente

Comenzó como muchas otras veces: "¡Hola! ¿Cómo estás?", el mismo saludo, las mismas palabras y las mismas, no, las miradas no eran las mismas... esta vez son distintas.

La noche transcurre, la plática fluye al igual que las risas, nos quedamos solos y las hormonas empiezan a fluir... pero algo es distinto.

Las risas se apagan al contacto de nuestros labios, las manos empiezan a hablar, el diálogo es silencioso... y algo es distinto.

El combate de nuestros cuerpos es intenso, las uñas y los dientes dejan sus marcas en ambos cuerpos, los aromas se confunden e intensifican, el placer nos estremece... y termina siendo distinto.

Nos separamos con un "Hasta luego" que sabe más a un "Adiós", la rutina de siempre: el Sol acaba con la fantasía pero ahora es distinto, no me siento atada a tí, no me siento mal por ver tu espalda alejarse, no siento nostálgia de lo que acaba de pasar, no siento pena de saber que no se repetirá, no lloro como antes al verte partir, ni siento tristeza de haber comartido mi vida.

Ahora es distinto... ahora sé que puedo vivir y ser feliz sin tí.




Adiós...